Mgr. Arq. Ana
Cravino
Doctoranda
FADU-UBA, Instituto de Espacialidad Humana
Integrante
del equipo infohabitat - http://www.infohabitat.com.ar
Profesora Titular de Teoría y Critica de la
Arquitectura – FADAU-Universidad de Morón
“Cada vez se
hace más evidente que los mayores problemas de nuestro tiempo no pueden
comprenderse aisladamente. La amenaza de guerra nuclear, la devastación
progresiva de nuestro entorno natural y la persistencia de la pobreza junto al
progreso -incluso en los países más ricos- no son problemas aislados. Son
diferentes aspectos de una misma crisis, que es esencialmente de percepción.
La crisis deriva del hecho de que la mayoría de nosotros, y en especial nuestras instituciones, seguimos los conceptos y valores de una visión del mundo ya caduca, una visión que es inadecuada para afrontar los problemas de un mundo como el nuestro, superpoblado e interdependiente."
Fritjof Capra[1]
Reconceptualizando la situación
La observación pura nunca es pura observación. El
observador selecciona objetos que considera importantes, desprecia otros, y
construye a partir de los objetos elegidos una estructura que los hace
inteligibles: una teoría.
El mundo se modifica, pero también se modifica la visión
que tenemos del mundo.
Capra (1994) señala que vivimos
una "crisis de percepción". Porque la forma en que actuamos en el mundo depende de cómo
percibimos y construimos ese mundo, es decir, depende de la visión cultural o paradigma que
tengamos.
Si percibimos el mundo
desde una parte del mundo y asumimos que esa
parte es el todo, seguiremos sin
encontrar la solución a nuestros problemas.
Las cosas suceden, pero si no dirigimos nuestra mirada
sobre ellas, siguen ahí, indiferentes.
Saussure (1984)[2]
sostenía que el punto de vista del observador es el que define al objeto, en
tanto un sujeto "significa" a un objeto.
No hay, pues "puros" objetos sino, más bien,
objetos significados por alguien.
El paradigma es definido por Thomas Kuhn
(1971) como un conjunto de "realizaciones universalmente reconocidas
que, durante un tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones" o "aquellos
supuestos teóricos generales, las leyes y las técnicas para su aplicación que
adoptan los miembros de una comunidad científica". [3]
De tal manera, este concepto implica la existencia de dos
factores: por un lado, una "forma" de ver el mundo que es
estructurada por un paradigma y por otro lado, la presencia de los miembros de una comunidad que comparten
este paradigma. (Lo que Ludwig Fleck(1986)[4]
llamaba “colectivo de pensamiento”)
En La Trama de la Vida,
Capra (2003) afirma:
“El paradigma ahora en recesión ha dominado
nuestra cultura a lo largo de varios centenares de años, durante los que ha conformado
nuestra sociedad occidental e influenciado considerablemente el resto del
mundo.
Dicho paradigma
consiste en una enquistada serie de ideas y valores, entre los que podemos
citar la visión del universo como un sistema mecánico compuesto de piezas, la
del cuerpo humano como una máquina, la de la vida en sociedad como una lucha
competitiva por la existencia, la creencia en el progreso material ilimitado a
través del crecimiento económico y tecnológico..." [5]
El positivismo imperante desde el inicio de la modernidad ha
insistido entonces en
una metodología que tiende a fragmentar
los fenómenos y los procesos, para
verlos como si se tratara de sistemas cerrados auto-referidos y no de sistemas abiertos, excluyendo
la relación e interdependencia entre los distintos sistemas.
Esto ha hecho que percibamos los problemas aisladamente, de un modo no sistémico
sin alcanzar una visión
holística o ecológica, que permita hallar la
solución buscada.
Se afirma entonces que “La se
caracteriza por una serie de rasgos potencialmente destructivos con el entorno
físico y social, dado que concibe al hombre como un ente separado de la
naturaleza, y a esta última como mera fuente para la extracción de recursos y
el incremento de la productividad.”[6]
Por otra
parte, Vattimo (1985) señala
que, en el momento actual, posterior a la modernidad, se pone también en crisis
la noción de progreso y superación establecida por aquella.[7]
Ya en 1979 el filósofo francés
Jean-Francois Lyotard [8] definía como "postmodernas"
a aquellas formas de las relaciones sociales como las modalidades del saber, la
cultura y la sensibilidad estética en las sociedades capitalistas avanzadas, en
una época caracterizada por el agotamiento de los grandes relatos de la
modernidad.[9] Con estos mismos
calificativos, también se enuncia la disolución de la aparente perpetuidad del
movimiento moderno (expresión que manifestaba el desplazamiento continuo de lo
contemporáneo), por un término que utiliza -de acuerdo con lo proclamado por
Paolo Portoghesi[10]- el más paradójico de los
adjetivos, el de postmoderno, que
significa, a un mismo tiempo ruptura y evolución.[11]
Cuando aún resuena en nuestros oídos el grito de Rimbaud "Hay que ser modernos", las opciones de nuestra sociedad ya
no se expresan en términos de "tradición versus modernidad", sino
esta última oponiéndose a una nueva condición. La cultura contemporánea,
definida por la nueva epistemología, reposa en la idea de ruptura, de un
continuo de transformaciones que se oponen mutuamente, utilizando el discurso
metafórico de Alvin Tofler[12] ”como
una ola cubre a la otra".
Auge destaca la aceleración de la historia, que conlleva
asimismo una pérdida de significados, prefiriendo el calificativo de
“sobremodernidad”: ”Esta superabundancia,
que no puede ser plenamente apreciada más que teniendo en cuenta la
superabundancia de información de la que disponemos y por otra las
interdependencias inéditas de lo que algunos llaman hoy el , plantea incontestablemente un problema a los historiadores,
especialmente a los de la contemporaneidad...” [13]
Vivimos en un tiempo que se califica frecuentemente como
de crisis: Se habla del fin de la
Historia –Fukuyama[14]-
el fin del Arte –Arthur Danto[15]-
y hasta el fin de la Ciencia –Horgan-[16].
Pero no se acaba el mundo, lo que concluye es un modo de ver las cosas, el modo “moderno”. De hecho, como muchos
le han echado en cara al propio Fukuyama, el 11 de septiembre de 2001 puso en
evidencia que la Historia, todavía, no ha acabado.
Algunos también prefieren hablar del fin de las utopías.
Descartadas ellas, "viviríamos en
una etapa de desuso ideológico, una edad donde los poderes ofertan la
resignación como modernidad de lo político. Ya no haría falta el hecho social
para inculcar sentido a los procesos, como tampoco la confrontación en el campo
de las ideas y las identidades: anacronismos todos éstos, camino al cementerio,
frente al nuevo maná de la tecnotrónica y el
de los proyectos sin sujetos que puedan alterarlos.”
[17]
Dos grandes procesos son detectados por Alain Touraine[18]
en la sociedad actual: Uno que plantea la disociación creciente entre el
universo instrumental y el simbólico en la economía y las culturas; y otro que
define la existencia de un poder difuso que no se orienta a crear un orden social.
Como respuesta a estos dos fenómenos surge una especie de “desmodernización”,
que tiende a crear una sociedad cada vez más fragmentada: Por un lado una
“elite” conectada al mundo globalizado y tecnologizado, por otro, los
excluidos.
Desarrollo sustentable
A partir de 1987 se empezó a utilizar
con creciente frecuencia el concepto de “Desarrollo Sustentable”, cuyo origen
se remite al informe final de la Comisión del Medio Ambiente y Desarrollo de
las Naciones Unidas, titulado “Nuestro futuro común” o simplemente “Informe Brundtland“. Este documento concluye con la ya
famosa aseveración de que el “desarrollo
sustentable es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las
generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades,”[19]
y que la protección del medio ambiente y el crecimiento económico debían
tomarse como una única cuestión.
Poco tiempo más tarde, nuevamente las Naciones Unidas
convocan a una conferencia que se llevó a cabo en 1992 en Río de Janeiro y que es
conocida como “Cumbre de la Tierra”. Este encuentro fue la oportunidad de adoptar un
programa de acción para el futuro, la Agenda 21.
Dicho programa es una propuesta de
acción a implementar a lo largo del
siglo XXI por los gobiernos, en todos sus niveles, ONG y demás instituciones de
la sociedad civil, siendo su objeto el hacer viable la adopción del desarrollo
sustentable y ambientalmente racional en todos los países. En
esta agenda se propone expresamente el “Fomento del Desarrollo Sostenible de los Asentamientos
Humanos”, en el que se expresa que “el objetivo
general de los asentamientos humanos es mejorar la calidad social, económica y
ambiental de la vida en los asentamientos humanos y las condiciones de vida y
de trabajo de todos, y especialmente de los pobres de las zonas urbanas y
rurales”. [20]
El Programa 21 es entonces un programa para “el cambio” y
este cambio es difícil, implica
resistencias, exige renuncias y el abandono de hábitos de mucho arraigo. Es
interesante notar que bajo objetivos comunes se engloban propuestas tan
diferentes como la de James Lovelock, Amory Lovins y Jeremy Rifkin.
El Panel Intergubernamental del Cambio Climático,
conocido por las siglas IPCC fue formado en el año 1988 a instancias de la
Organización Meteorológica Mundial y el
Programa Ambiental de las Naciones Unidas. A consecuencia del primer
informe presentado por este grupo, es que se preparó en 1992 en Nueva York, la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático siendo uno de sus objetivos generar una
conciencia pública a escala planetaria de los problemas relacionados con el
cambio climático.
El Cuarto Informe del IPCC de 2007
llegó a la conclusión “que la mayoría del aumento observado en la
temperatura media mundial a partir de la mitad del siglo XX se debe muy
probablemente al aumento observado en las concentraciones de gases de efecto
invernadero antropogénicos”.[21]
Esta afirmación nos lleva, necesariamente, a reevaluar la
relación del ser humano con el ambiente natural.
Desde la Economía Política[22]
se considera que la ausencia de un desarrollo sustentable en los países
centrales tiene que ver con un exceso de consumismo manifestado por la
irracional sobreexplotación de los recursos naturales, en la contaminación
ambiental producida por una industrialización descontrolada, y en el uso del
transporte individual sobre el público, entre otras causas.
Mientras, que en los países periféricos, esta falta de
desarrollo sustentable se relaciona unívocamente con la pobreza, la falta de
agua y cloacas, la presencia de
basurales a cielo abierto, ríos contaminados, irracional explotación del
suelo urbano y rural, industrias que causan polución ambiental sin controles ni
normativas, etc.
Diversas críticas formuladas ya desde la década del
setenta por investigadores de la Fundación Bariloche y de la CEPAL concluyen que el estilo de desarrollo
que se debe ofrecer a los países latinoamericanos debe respaldarse, como
principio excluyente, en la elevación sustancial de los niveles de vida de su
población, considerando que se deben realizar “cambios en la estructura de
clases y grupos y en la organización social, transformaciones culturales y
de valores, cambios en las estructuras políticas y de poder.” [23]
Es por eso que, como señala Rofman (2001) “El medio ambiente deja de
ser sólo un problema de contaminación ambiental o de deterioro de los recursos
naturales y pasa a ser un problema referido a la utilización y distribución de
los recursos, a la forma en que se toman las decisiones al respecto, quiénes
las toman y en función de qué intereses, y sobretodo, quiénes ganan y quiénes
pierden como resultado de la dinámica de desarrollo de la sociedad.” [24]
Apocalípticos e Integrados
Naredo
(1996) señala que el grado de ambigüedad que presenta el término
sostenibilidad, lo hace a veces un deseo políticamente correcto, pero no
precisa “su contenido ni el modo de llevarlo a la práctica.”[25]
La clasificación de “Apocalípticos” e “Integrados” es
introducida por Umberto Eco para hacer referencia a los diferentes consumos de
productos culturales. Para Eco, los apocalípticos son aquellos que idealizan el
pasado y elaboran “teorías sobre la decadencia”, aferrándose a las viejas
tradiciones. Por otro lado, los integrados, manifiestan una actitud optimista,
considerando cada conflicto como un desafío para el intelecto humano.
Extrapolando esta teoría un tanto temerariamente, para
aplicarla al debate acerca del desarrollo sustentable, podremos encuadrar el
pensamiento de Lovelock como apocalíptico y el de Rifkin como integrado.
James Lovelock sostiene entonces que “ha llegado la
hora que todos nosotros planifiquemos una retirada del terreno insostenible que
hemos alcanzado con el uso inadecuado de la tecnología… necesitamos que la
gente de todo el mundo sienta el peligro presente y real y se movilice
espontáneamente y sin tumultos en una retirada ordenada y sostenible hacia un
mundo en que intentemos vivir en armonía con Gaia”. Señalando
que “que la raíz de nuestros problemas con el entorno proviene de la falta
de límite en el crecimiento de la población”[26],
ya que “para vivir
como vivimos, somos demasiados...” [27]
Por todo ello Lovelock concluye afirmando que “pienso
que tenemos pocas alternativas a menos que nos preparemos para la peor
situación y asumir que ya hemos traspasado el umbral”. [28]
La única opción que considera válida es recurrir a la
energía nuclear para minimizar las
consecuencias de la catástrofe, siendo su tarea la de “escribir una guía
para los supervivientes que nos ayude a reconstruir la civilización
sin repetir sus errores”.
En entrevistas posteriores es aún más drástico, siendo su
opinión que “El deterioro ha ido demasiado lejos y ahora el sistema está
moviéndose rápidamente hacia uno de esos momentos críticos. Vamos a vernos
reducidos a quizá 500 millones de humanos, tan poco como eso, 500 millones de
humanos viviendo allá arriba, en el Ártico. Y tendremos que empezar de nuevo. Hace
100 o 50 años hubiera sido posible hacer algo, pero a estas alturas ya no hay
manera de detener el proceso”.[29]
Sentenciando por último que: “Estoy
convencido de que se acerca el fin de la civilización y del mundo tal y como lo
conocemos. La Tierra seguirá viviendo tranquila, sin duda, pero la población
humana va a ser reducida a un 10% o 20% de lo que es ahora mismo”.[30]
De tal modo que para Lovelock, la
alternativa posible de generar un desarrollo sustentable ha llegado demasiado
tarde y sólo sobrevivirá una parte pequeña de la humanidad.
No lejana a la posición de Lovelock se encuentra la de la
presidente del IPCC, Rajendra Pachauri, quien sostiene que poco se puede ya
hacer para evitar los efectos del calentamiento global, concluyendo que: “tenemos
que adaptarnos al impacto del el cambio climático”.[31]
La posición de Jeremy Rifkin[32],
es diametralmente opuesta a las anteriores, ya que concibe a la tecnología como
salvadora de la humanidad.
Todos los sistemas – y la sociedad también lo es-, luchan
por superar la segunda ley de la termodinámica, es decir la ineludible
degradación. Recordemos que, de acuerdo a esto, la cantidad de entropía de
cualquier sistema aislado termodinámicamente tiende a incrementarse con el
tiempo, de tal modo que es necesario introducir más energía para mantener el
sistema en equilibrio. La pregunta que se formula Rifkin es ¿cuánta energía
necesitan las sociedades para mantener su estilo de vida actual, frente a la
evidencia de que los recursos energéticos se están agotando?
Para Rifkin (2002) entonces "Las sociedades que
más duran son aquellas que consiguen el mejor equilibrio entre el balance de la
naturaleza y de la sociedad humana, dentro de los límites que impone
inevitablemente la segunda ley"[33],
de lo contrario, se derrumban.
Lo que expone Rifkin es la combinación de redes de
comunicación con la producción energética, de la misma manera que ocurrió con
la imprenta y la máquina de vapor. La propuesta consistiría en crear un régimen
energético alternativo acompañado de una red eléctrica totalmente distinta.
Esta revolución tecnológica incluye varios componentes[34]:
Generación directa de electricidad con fuentes renovables, edificios que
actuarían como plantas energéticas positivas, acumulación de energía en tanques
de hidrógeno mediante una generación descentralizada y distribuida, gestión
energética mediante una red global. Rifkin (2003) estima que “El hidrógeno tiene el potencial
de poner fin a la dependencia que el mundo tiene del petróleo importado y de
ayudar a difuminar el peligroso juego geopolítico que se está dando entre los
militantes musulmanes y los países occidentales. Reducirá drásticamente las
emisiones de dióxido de carbono y mitigará los efectos del calentamiento
global.”[35]
Sin embargo, el planteo de Rifkin, no implica una
transformación radical de nuestros valores y costumbres, sino simplemente el
cambio de un sistema tecnológico –el de la energía proveniente de los
combustibles fósiles-, por otros, fundamentalmente, el del hidrógeno, puesto
que “Permitiría una extensión del capitalismo ya
que todo el mundo se convertiría en jugador en el mercado energético”.[36]
Una posición intermedia es la de Amory Lovins, quien
descree de la opción nuclear y de las grandes redes energéticas, propiciando el
uso de energías alternativas descentradas desde su Rocky Mountain
Institute[37],
donde brinda soluciones tecnológicas para edificios y el transporte,
insistiendo tanto en la mejora de los rendimientos energéticos actuales[38]
como en el cambio profundo de mentalidad.[39] Para
Lovins la renovación es más interior que exterior, propiciando la
reconversión de los edificios existentes.[40]
Por otra parte, los distintos grupos ambientalistas que
actúan en el mundo contemporáneo, aunque coinciden en su crítica al modelo
positivista e industrial, presentan una
enorme diversidad y se sustentan en variados argumentos filosóficos. Es interesante destacar al respecto las
clasificaciones que establece Alicia Bugallo (2004): pernetarianismo, ecologismo posmoderno
y ecología profunda.[41]
De la
Arquitectura bioclimática a la Arquitectura sustentable.
La dimensión
ambiental fue una variable a considerar desde el inicio de la arquitectura. La
disociación entre estos fenómenos aparece recién con la Revolución Industrial y
más precisamente con el advenimiento de la modernidad.
Aunque es
interesante destacar también algunas de las preocupaciones que, desde un
enfoque higienista (que
respondía al positivismo dominante en las esferas de poder), tuviera
el estado argentino después
de una serie de grandes epidemias causadas por una “crisis de
sustentabilidad ecológica”.[42] Desde este enfoque la
salud es entendida como el producto de las condiciones del medio social y
físico en el que desarrollan la vida las personas. Por esta razón, será un primer objetivo de la
higiene pública intervenir en la provisión de agua potable, la eliminación de
los residuos cloacales, la recolección de la basura, la construcción de pavimentos,
así como la ubicación de parques, cementerios, mataderos y hospitales.[43]
[44]
La referencia al aire, sol, y vegetación será parte recurrente de este
discurso.[45]
Por otra parte una
propuesta “proto-bioclimática” es formulada ya en 1932 por el arquitecto Wladimiro Acosta[46],
quien influenciado por las vanguardias europeas que retomaban los principios
del higienismo, expone el Sistema Helios[47],
donde presenta un estudio exhaustivo de la trayectoria solar sobre los
edificios, proponiendo a partir de ello, una “losa visera”. Estudios
contemporáneos[48] dan
cuenta de su efectividad como mecanismo de control solar.
No obstante,
la concepción racionalista de la arquitectura que impulsaba la abstracción
geométrica[49] y la
eliminación de los referentes historicistas así como la difusión del estilo
Internacional, promovió una manera de proyectar "universal" y desprovista de
rasgos regionales. Reconocemos aquí a grandes nombres de la arquitectura
latinoamericana: Mario Roberto Álvarez en Argentina, Fernando Borrero y Alfredo
Zamorano, Gabriel Serrano y Camilo
Cuellar en Colombia, Augusto H. Álvarez
y Enrique Carral Icaza en México, Mario Payssé Reyes y Raúl Sichero Bouret en
Uruguay, y tantos otros.[50]
Coinciden al respecto González González y otros (2007)
quienes afirman que:
“El Movimiento Moderno genuino
propuso –además de la racionalización, el funcionalismo y la
estandarización/industrialización de los procesos constructivos- un modelo
de arquitectura fuertemente abstracta, en el sentido en que no hacía referencia
–como tradicionalmente venía siendo habitual- al lugar donde se instalaba,
sino que se limitaba a plantear un juego formal de volúmenes prismáticos con
una importante voluntad de inmaterialidad en su configuración exterior (planos
exteriores tersos, blancos, frente al material inmaterial por excelencia: el
vidrio, esquinas desmaterializadas, etc.) representando así su alejamiento
figurativo del mundo físico. Como máximo, el afán higienista llevó a buscar
el soleamiento en las viviendas, produciendo ese alineamiento heliotrópico
característico de los bloques lineales que hoy resulta un tanto ingenuo. A
este modelo se le denominó "estilo internacional" y se difundió, como
su nombre indica, a escala planetaria, obviando e imponiéndose sobre las formas
de habitar autóctonas que estaban soportadas por siglos de evolución adaptativa
al medio en que se asentaban.”[51]
El paradigma de esta arquitectura
desligada del entorno físico, construida en los 50 cuando se creía que las
fuentes de energía eran inagotables y la naturaleza se autorregeneraba sola[52], es la casa Fansworth de Ludwig
Mies van der Rohe, la que aparece como un artefacto colocado forzadamente sobre
un sitio. Son muchas las críticas que se han hecho sobre su conflictiva habitabilidad[53], aunque menos numerosas las que
expresan los problemas ambientales de este edificio: entre los que podemos
mencionar, amén del derroche energético que implicaba calefaccionar la cubierta
plana con una losa radiante para evitar la acumulación de nieve[54], la condensación sobre los vidrios,
el efecto invernadero en el verano, la falta de ventilación y las sucesivas
inundaciones a las que se vio sometida (la última en el 2008).
Es necesario, sin embargo, señalar
que la segunda generación del movimiento moderno expresó una mayor sensibilidad
hacia temas ambientales, siendo destacable la evolución del propio Le Corbusier
en Chandigarh donde reinterpreta la arquitectura vernácula. Otros ejemplos
destacables son la Casa Jacob –Hemiciclo solar- de Frank Lloyd Wright, las
propuestas de síntesis cultural y natural que expresaran Luis Barragán en México,
Sverre Fehn en Noruega, Hassan Fathy en Egipto, Ralph Erskine en Suecia, así
como algunas propuestas de la corriente expresionista y orgánica del movimiento
moderno.[55]
Aún antes de la crisis del petróleo
de 1973, que determinó un 400% de incremento del valor del barril en menos de
un año, y que marcara el fin de la era de energía barata, muchas de las acciones en arquitectura
estuvieron orientadas al ahorro energético, configurando lo que luego se llamó
Arquitectura Bio-climática: Fueron estos pioneros Victor Olgyay (1963)[56],
Ian MacHarg (1967)[57],
Baruch Givone (1969)[58]
No obstante, estos esfuerzos, que por sus logros
resultaron escasos, vale recordar que, en la actualidad y a nivel mundial, los edificios
consumen entre el 30 y el 40 por ciento de toda la energía producida, y son
responsables de los mismos porcentajes de emisiones de CO2
[59]
Modelos de
Arquitectura Sustentable
En referencia
a lo estrictamente arquitectónico, se considera que la Arquitectura Sustentable
reflexiona sobre el impacto ambiental de todos los procesos implicados
en una obra de arquitectura,
las técnicas de construcción que supongan un mínimo deterioro ambiental, la
ubicación del edificio
y su impacto con el entorno (social y natural),
el consumo de energía del mismo,
y el reciclado de los materiales cuando el edificio ha cumplido su función y es demolido.
Sin embargo esta expresión
"Arquitectura Sustentable",
incluye una serie compleja de conceptos, incluyendo asimismo posturas diferentes
cuyos objetivos y logros
varían según el país y
las oportunidades –y amenazas- económicas,
sociales, culturales, políticas y ambientales
de cada caso.
De este modo podemos
realizar la siguiente clasificación:
1. Sustentabilidad Aparente
En realidad
los edificios que se exhiben bajo el rótulo de “sustentables” no tienen nada de
sostenibles. Esto se evidencia por el tratamiento indiferenciado de las
fachadas y por el uso de materiales de gran impacto energético. Es más de lo
mismo con el agregado de algunos paneles solares, uno que otro generador
eólico, algún parasol (no siempre bien ubicado), y muchas plantas, lo que le da
al conjunto una cierta apariencia de “sustentable” que es “políticamente
correcta”.
2. Sustentabilidad Mediática
En este caso
la denominación de “sustentable” no es más que una denominación dirigida a
aumentar el atractivo de un producto, del mismo modo que un yogurt señala que es un alimento “natural”, sin
mencionar los agregados, colorantes, conservantes y aditivos que tiene.
Se le
incorpora entonces los términos “ecológico” o “reciclable” para persuadir de las bondades de la obra.
En nuestro medio, aún no hay llegado los “eco-barrios”
o “eco-ciudades” pero es claro el empleo del término “natural” cuando se habla
por ejemplo de barrios cerrados....[60]
Es interesante destacar que en mucha de la prensa
escrita se califica como “integrado con el paisaje” a cualquier edificio cuyo
entorno sea agradable y cuente con grandes ventanas. De igual modo se utiliza
abusivamente la expresión “mimesis”, para referirse a un supuesto sincretismo,
en casos que la evidente artificialidad del objeto arquitectónico no hace otra
cosa que contrastar por oposición con el entorno de natural...
3. Modelo Naturalista o
Empirista
Este modelo
propone recuperar un cierto grado
de "primitivismo", recurriendo a
soluciones vernáculas tradicionales, enfatizando los
peligros que acechan al desarrollo y reivindicando lo natural frente a los
desmanes del progreso tecnológico y científico, impulsando de esta manera un regreso al medio rural de baja densidad.[61]
Es un
planteamiento acompañado, muchas veces, de cierto fundamentalismo ecológico (lo
que Alicia Bugallo califica como “ecología profunda”) en el sentido de prohibir
o limitar el empleo de muchos materiales de construcción (vidrio, plásticos,
aluminio, pinturas sintéticas),
preconizando el empleo de aquellos otros como la tierra, la madera, la caña o la arcilla.[62]
El problema de este modelo es su
incapacidad para
implementación en gran escala. Sería inviable un urbanismo de
baja densidad extendido masivamente en el territorio, colapsando las vías de circulación
y generando aún más problemas ambientales, debido a la multiplicación de redes
de abastecimiento y saneamiento.[63]
Estas propuestas no
son generalizables, pero pueden hacer
meditar al colectivo de la sociedad para que se cambien los actuales modelos en los que se sostiene la construcción.
4. Modelo Racionalista o Eco Tech
Se trata de un modelo que aplica los más espectaculares
alardes tecnológicos
en la resolución de edificios, con complejos sistemas activos de control
climático
controlados informáticamente (domótica).
Se aplica en edificios cuya eficiencia
se sólo limita al mantenimiento,
sin tener en cuenta, muchas veces, el
costo energético de los recursos utilizados en la construcción.[64]
Este modelo sólo puede ser empleado por
corporaciones de alto nivel económico,
(responsables
en algunos casos de los
mayores desastres ecológicos) o por entidades
estatales, que lo exhiben como símbolo de poder y como
objeto publicitario dentro de la preocupación actual
por lo ecológico.
5. Sustentabilidad Integrada
Se
trata de introducir mejoras en el diseño arquitectónico y en la resolución
constructiva de los edificios, de tal modo que con un pequeño incremento de
costo, se obtengan notables beneficios en ahorro energético y adecuación
ambiental, mejorando la calidad de vida de sus ocupantes[65].
Para ello la toma de decisiones de diseño se hace
hincapié en:
- La forma del edificio;
- La orientación y las visuales;
- El diseño de la envolvente;
- La tipología arquitectónica más conveniente;
- La disposición de los vanos;
- La selección de materiales (analizando su ciclo de vida, disponibilidad y conveniencia)
- El empleo de vegetación.
Es
un modelo de probada eficacia, que no implica complejas transformaciones de la
industria productiva actual (utiliza materiales habituales en el proceso
constructivo, en los que se aumenta los controles de calidad ambiental
certificando su idoneidad), no interfiere en los planes estratégicos de
desarrollo y puede ser perfectamente implementado por el conjunto de actores
que intervienen en la producción del hábitat.
Un
ejemplo de ello es la renovación encarada por el edificio Empire State de Nueva
York que reducirá el consumo
de energía cerca del 40%, pagando los costos adicionales netos debidos a la
sostenibilidad en alrededor de tres años, lo cual reducirá la producción global
de carbono a través de ocho iniciativas clave entre las que podemos mencionar:
Reemplazo de unas 6.500 ventanas de cristal thermopane, utilizando las hojas de
vidrio existentes para crear paneles de aislamiento con triple acristalamiento; uso
para los sistemas de energía de cada inquilino de un sistema individualizado,
basado en la Web, para permitir una gestión más eficaz de la energía; mejora de
los diseños de iluminación, control de iluminación natural, sensores de
ocupación y de carga de enchufe en las zonas comunes; entre otras.
Muchos
países han adoptado, en este sentido, sistemas de certificación de evaluación
ambiental tales como LEED (EEUU), VERDE (España), HQE (Francia) DGNB
(Alemania), etc.
Conclusiones:
No
nos caben dudas que las consideraciones ambientales –en su sentido más amplio-
serán un imperativo durante el siglo
XXI.
Pero
también es necesario reflexionar qué entendemos por sustentabilidad. No podemos
quedarnos con una mera retórica, aunque tampoco sirve si cambiamos un conjunto
de dogmas por otros nuevos.
Es
indispensable situarnos en nuestra realidad, y desde este punto de vista, mirar
el mundo que nos rodea.
Hablamos
de arquitectura sustentable, describimos estos modelos, pero sabemos que
nuestra actuación comprometida en este sentido es insuficiente si no
consideramos nuestro estilo de desarrollo. ¿De qué sirve una torre inteligente
high tech, si en nuestros países el origen de la contaminación del suelo, los
ríos y el aire es fundamentalmente la pobreza?. ¿Podemos exigirle a un
habitante del conurbano bonaerense que sea “sustentable” si no posee agua
corriente, cloacas o recolección de residuos?
[66]
Recordemos que Oscar Yujnovsky (1984) define “vivienda”
como “una configuración de servicios – los servicios habitacionales – que
deben dar satisfacción a necesidades humanas primordiales: albergue, refugio,
protección ambiental, espacio, vida de relación, seguridad, privacidad,
identidad, accesibilidad física, entre otras. Estas necesidades varían con cada
sociedad y grupos social y se definen en el devenir histórico”. [67]
Coinciden las
Naciones Unidas cuando señalan que una vivienda adecuada “significa algo más
que tener un techo bajo el cual guarecerse. Significa también disponer de ( )
una infraestructura básica adecuada que incluya servicios de abastecimiento de
agua, saneamiento y eliminación de desechos, factores apropiados de calidad del
medio ambiente y relacionados con la salud, y un desplazamiento adecuado y con
acceso al trabajo y a los servicios básicos, todo ello a un costo razonable”.[68]
De
tal modo que nuestra acción en lo “micro” es insuficiente, si no vemos lo
“macro”, si no entendemos que la arquitectura es parte de un complejo social,
cultural y económico.
Sostiene el IPCC: “El cambio climático tendría
diversos efectos directos e indirectos sobre el bienestar, la salud y la
seguridad de los habitantes de América Latina. ( ) Serán particularmente
vulnerables los grupos de población que habitan en barrios precarios en los
suburbios de las grandes ciudades, y especialmente si están situados en áreas
propensas a las crecidas o en laderas inestables”.[69]
Es
obsceno pedirle a aquel que nada tiene, que disminuya su consumo[70].
Nuestro aporte debe ser, obviamente, desde lo profesional; pero también, como
ciudadanos del mundo es imprescindible exigir más conciencia, compromiso y
participación. Sin ello seguiremos mirando el árbol sin ver el bosque.
BIBLIOGRAFÍA
- ACOSTA, Wladimiro (1984), Vivienda y Clima, Nueva Visión, Buenos Aires
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[1] Capra,
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Pág. 29. Asimismo CAPRA (2003) Pág. 26
[2] Saussure
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[3] KUHN, Thomas (1971) La Estructura
de las Revoluciones científicas, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires .
[4] FLECK, Ludwig (1986) La génesis y
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[5] CAPRA, Fritjof (2003) La Trama de
la vida, Editorial Anagrama, Barcelona, Pág. 27-28.
[6] Centro
de Investigación para la Paz (2009) “Cultura y Ambiente: Una Propuesta
Teórica, CIP-Ecosocial - FUHEM, Madrid, Junio de 2009
[7] VATTIMO, Gianni (1985) El fin de la
modernidad, Gedisa, Barcelona, Pág. 12
[8] Lyotard,
Jean-Francois (1984) La condición postmoderna, Cátedra, Madrid.
[9] Marc Augé sostiene que la modernidad
había reemplazado los mitos del pasado por los del futuro, los que se
sustentaban en la idea del progreso y las utopías sociales, es decir que los
que hacían hincapié en el “porvenir”.
[10] PORTOGHESI, Paolo (1981) Después de la arquitectura moderna,
Colección Punto y Línea, Editorial Gustavo Gili, Barcelona
[11] Ver CRAVINO, Ana (2005) Reflexiones
sobre la teoría y la Crítica, Editorial Praia, Buenos Aires
[13] Augé, Marc (1996) Los "no lugares" - Espacios de anonimato -
Una antropología de la sobremodernidad, Gedisa Editorial, Barcelona
[15] Danto
Arthur (1995) “El final del arte”, en El Paseante, 1995, núm. 22-23. Hay
versión en Internet del artículo original de 1984: http://inicia.es/de/m_cabot/danto.htm
(Consultada: 2 de mayo de 2008)
[16] Horgan,
John (1998) El fin de la
ciencia, Editorial Paidós, Barcelona
[17] CASULLO, Nicolás (1986) "Las dos
caras de la Utopía", Clarín, Suplemento Cultura y Nación, 30 de
enero de 1986.
[18] Citado por Hopenhayn, M - Ottone,
E. (1999) El gran eslabón. Educación y desarrollo en los umbrales del
Siglo XXI, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.
[19] Comisión
Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo (1988) Nuestro futuro
Común, Alianza, Madrid
[20]
http://www.un.org/esa/dsd/agenda21_spanish/
[21] IPCC (2007) “ Resumen para
Responsables de Políticas” En Cambio Climático (2007): Impactos y
Vulnerabilidad. Contribución del Grupo de Trabajo II al Cuarto Informe de
Evaluación del IPCC, M.L. Parry, O.F. Canziani, J.P. Palutikof, P.J. van
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Unido. En:
http://www.ipcc.ch/pdf/assessment-report/ar4/wg2/ar4-wg2-spm-sp.pdf (Consulta 10 de agosto de 2009)
[22] Disciplina de reciente aparición,
surgida a partir de ya clásico informe del “Club de Roma”: “Los límites del
crecimiento. Ver MEADOWS, Donella (1982)
Los límites del crecimiento, Fondo de Cultura Económica, México.
Y las críticas efectuadas desde la
CEPAL:
Ver
CEPAL (1971) El medio ambiente humano y el desarrollo económico en
América Latina , Naciones Unidas, Santiago de Chile, y desde la Fundación
Bariloche:
HERRERA, Amilcar (1977): ¿Catástrofe
o Nueva Sociedad?. Modelo Mundial Latinoamericano. International
Development Research Centre. CIID. Centro Internacional de Investigaciones para
el Desarrollo. Oficina Regional para América Latina y el Caribe. Fundación
Bariloche. San Carlos de Bariloche.
[23] SUNKEL, Oswaldo (1980).
“Introducción. La interacción entre los estilos de desarrollo y el medio
ambiente en la América Latina”. En Sunkel,
Osvaldo y Gligo, Nicolo.(1980) Estilos
de desarrollo y medio ambiente en la América latina. Fondo de Cultura
Económica, México
Ver también Gligo Nicolo V. (2006) Estilos de desarrollo y medio
ambiente en América Latina, un cuarto de siglo después , División de
Desarrollo Sostenible y Asentamientos
Humanos- CEPAL, Santiago de Chile
[24] Rofman
Alejandro B. (2001) “Actualización crítica del enfoque del desarrollo
sustentable” presentado en Seminario Internacional Economía Urbana y Medioambiente, 25 y 26 de Octubre de 2001, Universidad Torcuato
Di Tella, Buenos Aires
[25] NAREDO, J. M. (1996) Sobre el
origen, el uso y el contenido del término sostenible. Primer catálogo español
de buenas prácticas. Ministerio de Obras Publicas, Transportes y Medio
Ambiente. Madrid, España.
[26] En este punto hay una obvia
influencia del Ensayo sobre el
Principio de la Población de Thomas Robert Malthus y de The Population
Bomb escrita por Paul Ehrlich.
[27] Lovelock,
James (2007) La Venganza de la Tierra, Planeta, Barcelona, Pág. 114.
[28] Lovelock,
James (2007) op. cit.
[29] Entrevista de Rosa Montero, “El
retorno del creador de Gaia”, en diario El País, 7 de mayo de 2006:
http://www.elpais.com/articulo/portada/retorno/creador/Gaia/elpepusoc/20060507elpepspor_1/Tes (Consultada 10 de agosto de 2009)
[30] Entrevista con Pablo Jáuregui, “La
energía nuclear es la única opción viable para salvar a la Humanidad del cambio
climático” en el diario El Mundo, 8 de marzo de 2007:
http://www.elmundo.es/2007/03/08/ciencia/2094064.html
(Consultada 11 de agosto de 2009)
[31] Pachauri,
Rajendra (2009), “El cambio climático nos va a afectar a todos de una manera u
otra y en algunas partes del mundo ya lo están sufriendo” en Revista Ambienta
Nº 86, Ministerio del Medio Ambiente, España, Pág. 12-27, marzo de 2009.
[32] Rifkins es consultor de la Unión
Europea y asesoró al Vicepresidente Al Gore durante la administración de
Clinton.
[33] Rifkin,.Jeremy
(2002) La economía del hidrógeno. La creación de la red energética mundial y
la redistribución del poder en la tierra, Editorial Paidós, Barcelona, Pág. 72
[34] RIFKIN, Jeremy (2008 a) “Liderar el
camino hacia la Tercera Revolución Industrial y la visión social del mundo en
el Siglo XXI” en http://www.ieco.clarin.com/2008/11/26/rifkin.pdf
(Consultada 20 de abril de 2009)
Ver también: RIFKIN, Jeremy (2008 b)
“Los riesgos globales como oportunidades para la construcción: Tendencias desde
la óptica social, política y energética” conferencia dictada en 56º Convención Anual de la Cámara
Argentina de la Construcción “Infraestructura y Vivienda para la Argentina
Bicentenaria”, 23 de noviembre de 2008, Buenos Aires.
[35] RIFKIN, Jeremy (2003) “Los albores de
la economía del hidrógeno” en Revista Vivat Academia Nº 41, diciembre
2002-enero 2003
[36] De
Zárate, Francisco (2008) Entrevista Jeremy Rifkin “Tenemos que crear una
red de energías renovables", Clarín, 26 de noviembre de 2008.
[37] http://www.rmi.org/ (Consultada: 20 de
abril de 2009)
[38]Revista de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente Nuestro Planeta Tomo 16 Nº 4 “Lo pequeño es poderoso”
http://www.ourplanet.com/imgversn/164/spanish/Amory%20B.%20Lovins.pdf
(Consultada: 20 de abril de 2009)
[39] De
Zárate, Francisco (2009) Entrevista Amory Lovins “Construcciones
eficientes para un futuro sin petróleo”, Clarín, 27 de enero de 2009 En: http://www.ieco.clarin.com/notas/2009/01/27/01847622.html
(Consultada: 20 de abril de 2009)
[40] http://www.ecoactiva.es/?p=736 (Consultada 15 de septiembre de 2009)
[41] BUGALLO, Alicia (2004) “Modalidades
de cambio de paradigma cultural en la filosofía ambiental; pernetarianismo
(Alan Drengson), ecologismo posmoderno (Max Oelschlaeger) y ecología profunda
(Arne Naess-George Sessions)” en el I Seminario Internacional sobre
Pensamiento Ambiental , 6 al 10 de diciembre de 2004, Manizales,
Colombia.Ver también BUGALLO, Alicia Proyecto: voz “Filosofía ambiental” en Diccionario
del
Pensamiento Alternativo II; CECIES
[42] SUÁREZ, Francisco Martín (1998) Que
las recojan y arrojen fuera de la ciudad – Historia de la gestión de los
residuos sólidos (las basuras) en Buenos Aires, Instituto del Conurbano,
UNGS.
[43] ARMUS, Diego. (1995), “La ciudad
higiénica: tuberculosis y utopías en Buenos Aires”, en GUTMAN, Margarita-y
REESE, Thomas (ed.) (1995) Buenos Aires 1910. El imaginario para una gran
capital, EUDEBA, Buenos Aires, Pág. 97-110.
[44] Ver CRAVINO, Ana (2009)
“Persistencias de las estrategias de intervención higienistas sobre el medio
ambiente natural y social – El caso de la casa Chorizo”, ponencia presentada en
el XXVII Congreso ALAS “Latinoamérica Interrogada” del 31 de agosto al 4
de septiembre de 2009, Universidad de Buenos Aires.
[45] Ver en este sentido el texto de la
conferencia dictada el 24 de julio de 1906 por el Ing. Enrique Chanourdie,
director de la Revista Técnica, en la que trata estos temas
específicamente: Higiene (orientación y aireación), Tráfico y Estética
(elementos decorativos, diagonales y vegetación). Revista Técnica Nº 39,
julio agosto 1906.
[46] ACOSTA, Wladimiro (1984), Vivienda y Clima,
Nueva Visión, Buenos Aires
[47] “El conjunto de losa visera y
parantes, que forma un marco protector, similar al fotográfico
delante de un edificio, cuyas grandes aberturas, casi paredes de vidrio están
orientadas al norte o dentro del cuadrante noreste, constituye el sistema
helios.”
[48] Kozak,
Daniel – Koffsmon, Esteban
– Fernández, Analía. (1999)
“Wladimiro Acosta y el Sistema Helios. Estudio de casos: viviendas unifamiliares
en La Falda, Córdoba y Bahía Blanca, Buenos Aires” en Revista AVERMA - Avances en Energías
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[49] Como ejemplo de ello valen dos
definiciones :
Para Alison y Peter Smithson (1965)
es: “Esencialmente una arquitectura moderna fue (a) Cúbica, o parecía
tallada desde cubos. (b) Organizada geométricamente y muy abstracta en su
interpretación de las actividades humanas. (c) Algo completo, en sí mismo[49]. (d) Colocada,
no enraizada a su sitio. (e) Normalmente blanca y de colores fuertes, o hecha de materiales
brillantes. (f) Los materiales naturales cuando eran usados aparecían como
substitutos de materiales artificiales todavía no inventados.”
En
Smithson Alison -Smithson Peter (1965) “El período
Heroico de la arquitectura moderna” en Architectural Design Nº 12, Diciembre 1965
Para Joseph Montaner (1993): “Tres
son los principios formales básicos de esta arquitectura: la arquitectura como
volumen, como juego dinámico de planos más que como masa; el predominio de la
regularidad en la composición, sustituyendo a la simetría axial académica; y la
ausencia de decoración añadida que surge de la perfección técnica y
expresividad del edificio a partir del detalle arquitectónico y constructivo”.
MONTANER, Josep Maria (1993) Después del Movimiento Moderno, Editorial
Gustavo Gili, Barcelona.
[50] Oscar Niemeyer afirma ” La imaginación es el punto de
partida de la arquitectura ( )Odio el funcionalismo y el estilo internacional
que crea un mundo dominado por la repetición y la rigidez geométrica. La
arquitectura debe renovar las formas y espacios.”
NIEMEYER, Oscar (2002) “Mi
arquitectura va contra toda regla, sólo respeto el entorno” en el Cultural.es
[51] GONZÁLEZ GONZÁLEZ, Francisco Javier - Pérez
Muinelo, Ana -de Santiago
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[52] Momento de fe extrema en la energía nuclear y de los
ensayos con bombas atómicas en la polinesia y los EEUU..
[53] CORONA MARTÍNEZ, Alfonso (2001)
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[54] Recordemos que se encuentra ubicada a
sólo 89 km de Chicago, donde la temperatura media de invierno es –7ºC.
[55] Ver Blundell
Jones, Peter (1988) "Form
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Nª 1093, marzo, 1988, Pág. 18-27.
[56] Olgyay,
Victor (1998) Arquitectura y clima. Manual de diseño bioclimático para
arquitectos y urbanistas, Gustavo Gili. Barcelona
[58] GIVONI, Baruch (1969) Man, climate
and architecture, Elsevier Publishing C. L., Amsterdam
[59] Datos extraídos de Programa Medioambiental de las Naciones Unidas
“Buildings Can Play a Key Role in Combating Climate Change”, en:
http://www.unep.org/Documents.Multilingual/Default.asp?DocumentID=502&ArticleID=5545&l=en
(Consultada: 19 de septiembre de 2009)
[60] Una buena descripción de esta
“Falsa” naturaleza la podemos encontrar
en la descripción de la cancha de golf que da Claudia Piñeiro en su novela Las
viudas de los jueves:
“Natural porque es pasto y árboles,
y lagunas Pero no natural porque el paisaje haya estado allí antes que
nosotros. Antes eso era un pantano. ( ) Hay especies arbóreas que fueron
especialmente traídas de viveros de todo el país. Arbustos puestos por
paisajistas, renovados todas las temporadas y mantenidos todas las semanas.
Riego automático que se enciende todas las noches. Fertilizantes, insecticidas
y abonos. El arroyo que cruza el hoyo 15 sí estaba antes que nosotros
llegáramos. Pero lo purificamos,. Ahora es de un verde más turquesa, gracias a
un tratamiento del agua y a ciertas algas que mantienen más aireado el
ecosistema. Murieron los peces que estaban antes de la purificación. Peces sin
nombre, una especie de mojarritas marrones. Nosotros sembramos percas naranjas que
se reprodujeron y hoy son las dueñas del arroyo...”
[61] D'Amico
Flavio Celis (2000) “Arquitectura
bioclimática, conceptos básicos y panorama actual”, Instituto Juan de
Herrera, Madrid. Ver asimismo González-Blanch
Fernández, Luis (2006) Eficiencia
Energética en el sector de la Edificación,
Universidad Pontificia Comillas, Escuela Técnica Superior de Ingeniería.
[62] Experiencias con la caña guadua en
Colombia, Nader Khalili en California, etc.
[63] Ver Rueda
, Salvador (1996) “ La ciudad compacta y diversa frente a la conurbación
difusa” en A.A.V.V (1996) La
construcción de la ciudad sostenible, Ministerio de Obras Publicas,
Transportes y Medio Ambiente, Madrid
[64] Por ejemplo ha existido en algún
momento un debate acerca de si las células fotovoltaicas requieren más energía
en su fabricación que la que llegan a producir en su vida útil. Ver Pearce Joshua - Lau, Andrew (2002)
"Net Energy Analysis For Sustainable Energy Production from Silicon Based Solar Cells", College of Engineering, The Pennsylvania State
University
En http://www.cede.psu.edu/users/alau/ASES02_Net_Energy_PV.pdf
(Consulta: 26 de septiembre de 2009)
Otras críticas cuestionan el empleo de
cadmio que es altamente tóxico.
[65] Afirma Salvador Rueda que “La
calidad de vida, como concepto, es de definición imprecisa y la mayoría de
investigadores que han trabajado en él, están de acuerdo en que no existe una
teoría única que defina y explique el fenómeno. El término pertenece a un universo ideológico y no tiene sentido si no es en
relación con un sistema de valores. ( ) Lo que mejor designa la es la ” . Rueda, Salvador (1996) “Habitabilidad y calidad de
vida” en A.A.V.V (1996) La construcción de la ciudad sostenible,
Ministerio de Obras Publicas, Transportes y Medio Ambiente, Madrid.
[66] CRAVINO, María Cristina (comp..) (2008) Los mil barrios
(in)formales. Aportes para la construcción de un observatorio del hábitat
popular del Área Metropolitana de Buenos Aires, Universidad de General
Sarmiento, Buenos Aires, Pág. 110-122
[67] Yujnovsky,
Oscar (1984) Claves políticas del problema habitacional argentino 1955-1981,
Grupo Editor Latinoamericano, Buenos
Aires, Pág. 17
Ver también PELLI, Victor Saúl (2006) Habitar, Participar, Pertenecer:
Acceder a la vivienda. Incluirse en la sociedad, Nobuko, Buenos Aires.
[68] SITEAL (2008) Boletín Nº 9: Los
censos de población y vivienda en América Latina. En
http://www.siteal.iipe-oei.org/modulos/boletinesV1/upload/25/censo_corregido.pdf
(Consultada: 27 de septiembre de 2009)
[69] grupo
intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (1997) “Informe
Especial del ipcc -Impactos regionales del cambio climático: Evaluación de la
vulnerabilidad”, Pág. 21
En http://www.ipcc.ch/pdf/special-reports/spm/region-sp.pdf
(Consultado:
10 de septiembre de 2009)
[70] Se afirma que el 20 % de la población
mundial consume el 80 % de los bienes y servicios producidos en el planeta.